domingo, 4 de diciembre de 2016

¿SE CURA EL ALCOHOLISMO?


Sí y no. Yo siempre pongo a los enfermos un ejemplo: el del miope. Veamos el ejemplo del miope. Imaginemos a un hombre que ve mal y que, a consecuencia de ello, sufre dolores de cabeza y mareos. Un día va al oculista y éste descubre que lo que tiene es miopía. Le receta unas gafas, el enfermo las empieza a usar y desde entonces ve bien y no vuelve a tener dolores de cabeza ni mareos. Pues bien, este enfermo ¿está curado o no? Hombre, si ve bien y se encuentra bien, sí que está curado, se me puede decir. Y efectivamente lo está. Pero hay un pequeño detalle que quiero subrayar: Que tiene que usar gafas, que, si se las quita, vuelve a encontrarse mal. Luego, en un sentido, ni se ha curado ni se va a curar. Pero si ve bien y se encuentra bien, si se acostumbra a llevar las gafas hasta el punto de que éstas no le molesten en absoluto, ¿qué más da que éste totalmente curado o no? Lo mismo pasa con los enfermos alcohólicos. El dependiente del alcohol se "cura" porque se repone física y mentalmente, porque se pone fuerte y come bien, porque no le duele nada, porque se lleva bien con su familia y los amigos y vuelve a reintegrarse en la sociedad, porque recupera la situación y la autoestima que había perdido, etc. En una palabra, el dependiente del alcohol se cura por completo de las complicaciones del alcoholismo y vuelve a ser feliz. 
Pero, por otra parte, el que ha cruzado las fronteras invisibles del alcoholismo, el que por un camino o por otro ha llegado a ser alcohólico, lo será durante toda su vida. En este sentido, el alcoholismo no se cura jamás, el enfermo alcohólico como el miope, tiene que llevar siempre puestas unas gafas: en el caso del alcohólico, tales "gafas" consisten en no beber una gota de alcohol o lo que es lo mismo las gafas de la abstinencia total.
De este modo, el alcohólico será un enfermo que no bebe, como el miope será un miope que ve bien, será un dependiente del alcohol que se acostumbrará a no beber, y no echará de menos el alcohol, como el miope se acostumbra a llevar gafas y se olvida de que las lleva. El alcoholismo, pues, vivirá aletargado en su enfermedad, pero, en el momento en que vuelva a probar una gota de alcohol, el demonio del alcoholismo despertará en su interior y como le sucedería al miope si perdiera las gafas volverá a producir las mismas complicaciones que antes, en el caso del alcohólico los mismos temblores, los mismos celos, las mismas riñas porque el alcoholismo propiamente dicho no se cura jamás, y todo volverá a ser peor que antes. Del mismo modo, si el fumador que se ha retirado del tabaco vuelve un día a aceptar un cigarrillo, está condenado de nuevo a volver a fumar. Del mismo modo, el fumador que se retira del tabaco siempre será fumador eso sí, pero un fumador que no fuma.
Y ya para terminar hablare de la importancia de las Asociaciones en cuanto al alcoholismo, su magnifica labor es la de convertir al dependiente del alcohol que bebe en un persona nueva y que no bebe, a base de Información, Atención, Orientación y Rehabilitación si el lo desea de corazón y se pone todos los días las "gafas de la abstinencia y asiste a los grupos de autoayuda y hace lo que allí le digan se "curara" y no volverá a beber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario